domingo, 1 de julio de 2012

Historias cortas para amenizar la vida.

Suena esa insufrible melodía.. otra vez más.
Le das a adelantar cinco minutos, vuelves a bajar la cabeza, la apoyas en la almohada, la sientes aún un poco húmeda. Te tocas los ojos, y aún tienen surcos húmedos también. No le das importancia, te das la vuelta y cierras los ojos.. Entonces vuelve a sonar el despertador... ya no hay vuelta atrás, si sigues adelantándolo vas a llegar tarde.
No recuerdas cómo has acabado en la puerta de tu casa ya vestida, desayunada y con los ojos por fin secos, pero rojos por culpa de la noche de insomnio y lágrimas que has tenido. Abres la puerta y sales.. vas andando por la calle, el aire es frío, la noche se abalanza sobre ti... Eres la única que va caminando por la calle, caminas despacio, con la mente perdida en recuerdos de un ayer que hoy no está, te tocas los ojos, sientes cómo se genera una lágrima espontánea.Ahora no. No es el momento de llorar, ya lloraste bastante anoche mientras intentabas dormir, ahora estas en la calle. Aprietas con todas tus fuerzas los dientes, te tragas el nudo de la garganta y generas una pequeña sonrisa.Los ojos es más difícil, por lo tanto mejor llevar gafas de sol hasta que el surco rojo de las lágrimas y el morado de haber dormido escasas dos horas y media no puedan verlos nadie. Sigues caminando por la fría calle en la fría noche, no hay nadie, vas tú sola con tus pensamientos, intentas dejar la mente en blanco, pero es imposible.
Una ola de frío te arrebata la sonrisa falsa que te habías creado como coraza.
Te giras para evitar que te de en la cara ese frío, te quitas las inútiles gafas de sol que llevas puestas en este tardío amanecer. Y sin darte cuenta ves que no has estado andando sola, que él está ahí, sentado en el banco al otro lado de la calle. No se atreve a mirarte, tiene miedo, prefiere observar otra cosa, esa cosa se le acerca, es ella. No te ven, mientras tú te quedas observándolos desde la distancia, estás paralizada por el miedo, no sabes cómo reaccionar, qué hacer... Y te paras a pensar, qué hace el aquí... con ella... y no te ha visto... el frío deja de ser molesto. La noche deja de ser tan oscura,y entonces ellos se acercan, siguen sin verte, o si te han visto no prestan atención, entonces a escasos metros de ti se paran en seco y se abrazan, ella está de espaldas a ti, mientras a él puedes verle la cara.
Entonces él levanta la cabeza y abre los ojos de par en par.Unos ojos negros y fríos como la noche se quedan observándote, entonces te sonríe pero con una mirada cortante, tu corazón se acelera, empiezas a oír sonidos raros, tienes miedo.Quieres correr pero tus piernas están paralizadas por el miedo y no puedes... quieres salir de allí, no quieres verle, ni a él ni a ella, él sigue observándote.. no es aquel chico que era antes... no puedes reconocerle... cada vez escuchas más fuerte tus latidos, van a doscientos por hora, el corazón se te va a escapar del pecho, las lágrimas no las puedes contener... tienes miedo.. Entonces sale de ti un grito desgarrador que romper el silencio de la noche... y abres los ojos, te encuentras con esa insufrible melodía de tu despertador otra vez, y ves que estás en tu cama tumbada.
Estás sudando, tus ojos lloran desconsoladamente sin ningunas ganas de parar, la almohada está empapada con una mezcla de miedo, melancolía.. muchos sentimientos encerrados en una simple almohada de algodón.....
Era sólo un sueño, pero... tu corazón desgarra el silencio de la noche con sus gritos de dolor en cada latido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario