lunes, 2 de julio de 2012

Ángel en la noche.

Las dos de la mañana.Una noche oscura y calurosa de verano. En una pequeña casa de una calle vacía, se haya una joven sentada en el pequeño hueco con tejadillo encima de su porche.Observa sin hacer ruido la luna, se ve que esta sumida en sus pensamientos.. La calle está silenciosa,sólo se puede oir el leve sonido de los grillos moviendo sus patas al compás de un ligero viento que trae un poco de fresco.
La chica parece que reacciona ante algo, despierta de su letargo sumida en sus pensamientos. Coge aire y empieza a cantar suavemente.
Una melodía no conocida, sin letra, sólo un leve sonido como de campanas traidas del olimpo.
Al cabo de un rato, mientras ella sigue cantando, algo se acciona, algo cambia el silencio de la noche, la luna se cubre con un tono negro, se escucha un batir de alas, ligero, podría ser un pájaro. Ella se da cuenta, y cambia el tono de la melodía, ahora empieza a cantar una letra en no se sabe qué idioma, una melodía con sabor amargo, melancólico.. con sentimiento.
De repente el sonido del batir de alas se endurece ligeramente, casi imperceptible, los grillos se callan, la noche se hace más oscura.
Aparecen unas enormes alas con la embergadura de más de dos metros, negras azabache brillando en la leve luz de las farolas.Cada pluma tiene un tono distinto de brillantez. Plateadas, doradas, verdes, añiles, rosas... todos los tonos se ven en cada pequeño brillo de cada pluma de las alas.
Las alas dejan de hacer ruido, se paran, una extraña figura se sitúa delante de la joven que parece que no se ha dado cuenta de que está ahí, justo delante de ella.
Ella para de cantar. sigue con los ojos cerrados, con la cabeza levantada y lágrimas en los ojos.
Una voz suave, dulce, aparece de repente y le pregunta que por qué ha dejado de cantar. 
Ella abre los ojos y se da cuenta de que delante de ella hay un jóven, alto, va sin camiseta, con unos pantalones rotos negros que le llegan a las rodillas. Está parado en seco debajo del pequeño porchecillo debajo de ella.
Ella está intrigada y le observa mejor, ve su cara. Una cara lisa, de color de piel no muy claro, pero tampoco moreno; de mandíbula marcada, adquiriendo su cara así una gran seriedad; ojos oscuros, grandes, con pestañas no muy largas y pobladas, sino más bien no muy llamativas; unos labios carnosos, apetecibles; el pelo oscuro largo, desenmarañado pero dandole así un toque adolescente. Con el pecho al descubierto y un cuerno negro en la oreja derecha, observa con una media sonrísa pícara a la jóven de la ventana.
Ésta, inundada por el pánico, se queda inmóvil sin saber qué decirle a aquel joven que ha aparecido de repente.
Entonces medi segundo después, él aparece al lado de la chica sentado en aquel tejadillo, y acercandose levemente a su oreja, le susurra que por favor no pare de cantar aquella extraña melodía.
Entonces ella cierra los ojos y empieza otra vez a cantar.
Él ve en ella unas lágrimas extrañas que fluyen desde sus ojos por sus mejillas, y en un movimiento lento para no asustarla, se las limpia con un toque delicado.
Ella tiembla por el miedo, no sabe quien es y como ha llegado allí. Tiene miedo por esas extrañas alas negras que tiene cerradas en la espalda. Pero se siente cómoda con él allí secando sus lágrimas mientras ella canta aquella antigua canción.
Termina la canción y abre los ojos. Se encuentra con la cara de él a escasos centímetros de la suya, le hipnotiza, no sabe qué hacer...
Entonces él la levanta y la mete por la ventana en brazos, la tumba en la cama y mientras la observa de pie con una sonrisa, va lentamente tumbándose encima de ella rodeándola con todo su cuerpo. En un extraño gemido que desgarra en silencio, sus alas parece que desaparecen. Entonces la mira, la observa poco a poco sintiendo como ella al sentirse observada acelera su pulso hasta que el silencio se ve envuelto en una melodía de latidos.
Entonces la besa, despacio.Un beso suave, delicado.
Ella al principio no responde, pero al cabo de unos segundos reacciona y le sigue el beso.. todo se nubla, sólo existen ellos dos en ese momento y lugar.
El susurro de los grillos ya no está, las luces de las farolas no alumbran nada. Como música de fondo, sus corazones. Como luces de la escena, un cielo estrellado y una luna medio llena.
Al cabo de un rato ella está apoyada en el hombro de él, mientras que él acaricia su espalda semidesnuda con movimientos suaves. Ella decide volver a cantar, pero esta vez su canción no tiene un tono amargo, sino que es un tono dulce, con una pizca de amor.
Él sonríe y la abraza más fuerte, y así siguieron hasta quedarse dormidos.
Es de día, nuestra joven abre los ojos despacio, con miedo.. siente frío, la ventana está abierta de par en par. Está tumbada en la cama ella sola. Tiene recuerdos borrosos de la noche anterior, y siente como su corazón se desgarra al ver que todo había sido un sueño.. que allí no había nadie a su lado, que su angel de la noche no la abrazaba...
Cuando se tumba otra vez con lágrimas en los ojos, siente debajo de la almohada algo extraño... envuelto en una especie de tela de seda.. es muy suave.
Levanta la almohada y allí estaba.... una enorme pluma negra brillante color oro con una nota enroscada en ella...
<" espero cada noche el sonido de tu voz. Cuando empieces a cantar, sabré que es el momento de aparecer y sentarme a tu lado a acariciar tu piel. Ven conmigo al mundo de la noche, y te haré mia para siempre...">

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