domingo, 28 de diciembre de 2014

Hope

Nunca fuimos lo suficientemente listos como para mandar a la mierda todo aquello que nos hace daño, por el simple hecho de que todo aquello que nos hace daño suele ser lo que más felices nos hace también.
No me siento orgullosa de las veces que sin querer me pongo a llorar en silencio.
Tampoco se puede decir que haya un culpable de todo esto, simplemente todo es demasiado complicado y no sabemos qué hacer.
¿Cómo pones un punto y final a todo aquello que mientras te hace volar te enseña que tienes un motor jodido y que en cualquier momento te vas a estampar?
Nunca lo que queremos va a ser fácil para nosotros, al igual que tampoco va a ser agradable siempre.

Lo único capaz de destrozarnos la vida es querer a alguien.
Porque todo aquello que queremos siempre nos hará daño.

"Love me tender,
love me sweet.
Never let me go."
Elvis Presley.

lunes, 15 de diciembre de 2014

Ying Yang

A veces la realidad choca demasiado fuerte contra nuestra cara, y así nos pasa, que nos hacemos el doble de daño.
Creí que si cerraba los ojos, la cosa no dolería.
Sin querer he mirado y ahora duele más.
Todos tenemos nuestros demonios... cada uno a nuestra manera y escondidos en alguna parte. 
A veces los demonios son nuestras inseguridades hechas personas.
A veces esas personas nos hacen sacar lo peor de nosotros mismos.
Otras veces es mirarnos fijamente y simplemente llorar.
No os creáis nada de lo que nos dicen las películas; porque ni la vida es justa, ni bonita, ni vamos a ser felices.
A veces el mejor sitio donde poder encontrarnos a nosotros mismos está compuesto por gente muerta, y posee una melodía que llega hasta lo más profundo de nuestro corazón. Ahí. Donde todo nos duele más.
Os diré dos cosas que son realmente ciertas:
La primera es que todo tiempo bonito esconde males donde no miramos, porque estamos demasiado cegados por pensar que la vida es maravillosa y que todo nos va bien.
La otra es que nunca hay oscuridad completa, y que siempre brillará el sol aunque haya días nublados. Puede que no lo veas en ese momento, pero dentro de todo lo malo, habrá algo bueno que aparezca en ese momento o después.
Nos buscamos a nosotros mismos en algún libro, o alguna letra de canción y se nos olvida que hay que mirarse de vez en cuando al espejo, y que las melodías sin letra son capaces de hacerte sentir único. 
Nos enamoramos de la forma de enamorarse de nuestros personajes preferidos de ficción y así nos va.
MAL.
No hay ningún manual sobre cómo sobrevivir a la vida, pero todos sabemos que llorar a veces es lo mejor que nos puede pasar.
Las personas pesimistas piensan que por qué hacer algo si no lleva a ninguna parte.
Los soñadores, que luchar por lo que más nos gusta es la mayor satisfacción de todas. Que cuanto más difícil sea el camino, significa que lo estás haciendo bien.
La mezcla de las peores partes de ambas cosas se llama enamorarse.
Entender a las personas y qué hacer cuando quieres mantener a una en tu vida es lo más difícil que he intentado en toda mi vida.
No dejéis que nunca deje de intentarlo.

-¿Por qué vivir si al final vamos a morir?
- Porque entre medias de cada cosa, te lo pasas bien.




Oh, Yann Tiersen, gracias por hacerme música.

jueves, 27 de noviembre de 2014

E.

Trazo lentamente con la yema de mi dedo índice las líneas invisibles que separan cada lunar en su espalda. Suspiro despacio, sin que nadie más que mi corazón machacado lo pueda oír. Él está totalmente quieto, lo único que me delata que no está dormido es el ritmo de su respiración. Me conozco cada sonido de su respiración, y de cada ritmo del latido de su corazón marcando su canción en las venas de su cuello.
La ventana está abierta y fuera se oye un lento golpeteo de las gotas de lluvia chocando contra cualquier acera solitaria.
Vuelvo a dejar mis dedos vagar por esa piel tan suave, por esa respiración tranquila. Me vuelvo traviesa y dejo que esa insignificante caricia llegue a su hombro, y explore tierras lejanas llegando hasta su cuello.
Imperceptiblemente cambia la canción de sus latidos y se vuelve más rápida.
Sonrío, pero él no se da cuenta. Está completamente de espaldas, como si estuviese enfadado con el mundo y lo único que deja que le toque sea mi mano, ahora descubriendo su clavícula. Esa sonrisa será un secreto entre su espalda y yo.
Y vuelvo a tierra conocida y para volver a repasar por millonésima vez ese hueco entre sus omóplatos.
Podría pasarme horas así, es la acción más simple y reconfortante del mundo.
Parece mentira, pero dejar mi mano vagar por las líneas de su cuerpo hace que se me olvide la mierda de día que he tenido.
Le paso despacio la mano por debajo de su brazo y dejo que repose en su tripa, mecida por ese vals tan bonito que es su respiración relajada.
Y así nos quedamos segundos, minutos, horas. No se sabe, el tiempo se para cuando estoy así.
Porque es agradable.
Mi propio confort y relajación solo es el un efecto gemelo de cada paseo por su cuerpo con mis manos.
Es mi propia terapia, es el reflejo sobre mi propio cuerpo.
Y así será siempre, sin palabras, sin sentimientos, solo la lluvia gritando que alguien la salve.
Solo la canción de dos latidos cantando una melodía que ni los mayores expertos sabrían ponerle nombre.
En mis ratos más amargos dejo a mi imaginación volar hacia ese lugar.
Allí donde lo malo no existe, ni lo bueno. No existe nada, solo una mente en blanco y una canción sin letra.
Porque allí.... Estoy en casa.

miércoles, 5 de noviembre de 2014

Nuevos proyectos

Esta mañana me he despertado pensando "¿Y si me hago otro blog donde poner mis pensamientos y mi forma de ver la vida y dejo las cosas fáciles para escribir relatos cortos y mini textos según lo que siento?" Y nada, llevo como una hora y media creando mi nuevo blog para que tenga colores cálidos (No tan llamativo como este, que entre el verde fosforescente y el rosa chillón, no sé cómo nadie se ha quejado aún de esos colores...) y en el borrador está la mitad de mi primera entrada. 
Eso no quiere decir que deje de lado este sitio, entendedme, he crecido con este blog, y estoy muy contenta de lo que he conseguido, pero dado que por circunstancias de la vida ahora tengo mucho tiempo libre, me apetece un montonazo sacar a relucir mi creatividad con la escritura.
Y nada, al final voy a pasar de escribir una vez cada dos o tres meses, a intentar escribir algo mínimo una vez a la semana.
Ojalá mi cabeza y mis dedos me dejen escribir más cosas, pero todo dependerá de lo buena o mala que soy.
Y nada, después de este rollo que os he soltado, solo deciros que espero que saquéis al menos cinco minutitos de vuestra vida para leerme de vez en cuando, porque me hace muy feliz escribir para que los demás lo lean.
Y si encima os gusta (o si no, estoy abierta a criticas siempre y cuando no falten al respeto) me gustaría mucho que me dejáseis comentarios.
Un besito a todos, os espero en www.pensamientosderox.blogspot.com 
:) 

domingo, 2 de noviembre de 2014

¿Tienes miedo?

"- ¿Tienes miedo? Preguntó la muerte.
- No. Respondió ella.
- ¿Por qué no?
- Porque de lo único que estamos seguros desde que nacemos, es de que vamos a morir. 
- Entonces, ¿Por qué hueles a miedo?
- Porque aún no es el momento de morir, tengo pendientes unos sueños que cumplir, y no me gusta pensar que todo va a desaparecer de repente y mi vida va a volver a empezar siendo otra persona, con otra familia y otros sueños que es probable que tampoco cumpla.
- ¿No tienes miedo de mí? 
- No.
- ¿Por qué no?
- Porque no me das miedo, me da miedo lo que haces. Rompes sueños, vidas, ilusiones, amores... Pero tú solo eres una persona más, como yo.
- Está bien, puedes vivir.
(Y la muerte se alejó dejándola con una mirada de asombro fija en su espalda mientras se iba)"

martes, 23 de septiembre de 2014

Café caliente.

El sabor del café siempre me recordó a la forma que tienen los problemas de doler por dentro. 
El café sólo es la forma de decirle al mundo "Eh, no me molestes, estoy jodido por dentro y duele toda esta mierda".
El café con leche nos dice que las personas intentan esconder todos sus problemas para que los demás no miren dentro de ellos.
Y el café descafeinado es probablemente la rutina del dolor que ya tienes acostumbrado en el corazón.
Yo soy de las personas que piensa que cuanto más azúcar le echas al café, peor saben los problemas. El sabor del café es posiblemente una de las cosas asquerosas más adictivas del mundo. Porque el café arregla vidas, ¿Sabéis?, te arregla la vida de un lunes a las seis y media de la mañana después de haber pasado un fin de semana de caca. 
El café destinado para los lunes a las seis y media de la mañana es el café sólo con mucho azúcar (y para los golosos con medio vaso de leche condensada)
Y ahí se queda todo. Coges fuerzas, y se queda en su sitio toda la asquerosa porquería de dolor que llevas incrustado en el cuerpo desde ni se sabe cuándo. Y te vuelve la energía, es probable que le contestes a los buenos días del conductor del autobús,o le sostienes la mirada a esa señora del metro que te observa detrás de sus gafas porque eres un individuo extraño con una cara neutra y los cascos puestos, y a lo mejor (solo a lo mejor) hasta sonríes un poco a lo largo del día.
Por desgracia esa energía tiene un tiempo limitado, y cuando vuelves a llegar a casa después de estar gastando toda esa energía artificial que te ha regalado ese café a las seis y media de la mañana en un día de clase en la Universidad, donde los profesores no dejaban de hablar, y las palabras no dejaban de bailar en los apuntes, donde te hartas de que en la biblioteca nadie respete el silencio necesario para relajarse en los descansos de las clases leyendo un buen libro; o de escuchar a tu jefe organizando el resto de la semana en el trabajo, y los millones de e-mails que te esperaban en tu bandeja de entrada por responder de todas esas personas tiquismiquis que no entienden tu trabajo y lo que está dentro de tu sector y lo que no.
Cuando llegas a casa, después de ese puto café a las seis y media de la mañana más negro que el interior de tu oreja, entonces decides que la vida vuelve a ser una porquería y que necesitas otro café.
Entonces pasamos al café con leche, porque ya es de día y tienes que mantener un poco de contacto con la gente de tu alrededor y hablar con alguien y socializar un poco. Entonces ya no puedes tomarte un café negro, porque claro, se supone que el dolor se ha quedado un poco en pause hasta que se acaben las energías del todo. Y pasamos al café con leche. Te devuelve un poquito la vida y la energía y eres capaz otra vez de hablar con la gente y de hacer cosas.
Todo genial, hasta que llega la hora después de cenar, antes de haber leído un par de capítulos de tu libro preferido, o de ver esa nueva serie que te recomendaron hace tres días. Ahí sientes que ya nada te devuelve la energía, que te duelen los músculos, los huesos, los pelos de los poros de la piel y hasta el alma. 
Ahí, amigos, después de haber empezado el día a las malditas seis y jodidas media de la mañana, te das una ducha con el agua más caliente que el maldito infierno, y te preparas un descafeinado con leche, porque ya bastante le vas a dar a tu almohada esta noche, como para encima darle guerra en exceso a tu corazón. Y te tomas ese café, que sabe a agua sucia con leche, que te quema cada centímetro de tu esófago... Y te vas a la cama, a dejar a tu cuerpo relajarse y hundirse en la miseria de toda la porquería que llevas metida dentro, hasta que te quedas dormido.
Hasta que vuelve a sonar el asqueroso despertador de un martes a las seis y media de la mañana.
Hasta que vuelves a intentar apartar el dolor de dentro con café amargo que te deja la lengua como un calcetín sucio.
Hasta que llegue el día que no te haga falta tomarte un café porque has dejado de estar roto por dentro.
O hasta que simplemente te acostumbres a estar tan roto por dentro, que nada más que ciertos momentos al lado de determinadas personas te recompongan.

¿Sabéis? Creo que el café es la porquería más adictiva del mundo.
Pero no me gusta el café.

domingo, 17 de agosto de 2014

Hoy es nuestro cumpleaños.

Feliz cumpleaños amigo :)
Aunque hace exactamente treinta segundos que hemos colgado el teléfono de contarnos qué tal llevamos nuestro día.
Ha pasado mucho tiempo para poder volver a decirte "felicidades, amigo", pero por mucho que he pasado, ha merecido la pena.
Es una mierda que las cosas no fueran como yo siempre me las estaba imaginando en la cabeza, y que al igual que yo pensaba que tú me odiabas, tú pensabas lo mismo de mí.
El destino pone las cosas en su sitio, y cuando algo es bueno, vuelve.
Estoy bastante contenta de que se haya terminado el mal tiempo y otra vez todo en calma.
Mereció la pena esperar, yo siempre lo dije.

Que paséis todos un buen día, yo hoy voy a disfrutar de familia y amigos y a celebrar mi cumpleaños de muy buen humor :)


Gran 17 de Agosto.

lunes, 11 de agosto de 2014

La súper luna.

Estoy sentada con la luna contándole mis penas, y no parece tan estúpido ponerse a hablar de amor con alguien que quiere ser madre.
"Y si el niño llora, menguará la luna para hacerle una cuna."
Es una de esas noches de Jazz en blanco y negro, con el vaso de un whisky doble con hielo y un puro filosofando sobre la vida; solo que el escenario es el patio de mi casa de noche, la música de fondo son los silbidos del viento entre los árboles, y el puro y el whisky son una taza de nesquick con leche. Pero la esencia sigue siendo la misma.
Y la luna no deja de decirme que deje de lloriquear y que aprenda a mantener cerca a las personas que quiero, y creo que tiene razón, pero qué difícil es que pasen los días tan rápido y no disfrutes de la vida como es debido.
Es malo echar de menos. O no. Bueno... Yo qué sé.
Supongo que las noches así de incertidumbre masticando almohada me sirven para desahogarme a mi manera aquí.
Creéis que no digo nada, pero es difícil hablar cuando las paredes oyen, y queda más bonito que se de por aludido quien quiera y ser yo la única que sepa por quién van mis palabras sin sentido y mis entradas largas que no dicen una puta mierda.
Debería censurarme al hablar, pero ya me censuro la vida demasiado, porque enseñar las cartas hace que no puedas tener una buena jugada. Así que yo seguiré soltando tacos, durmiendo sola, mordiéndome las uñas y soñando despierta... El resto lo dejo para quien lo quiera entender.

Buenas noches.

lunes, 28 de julio de 2014

La noche de Vetusta Morla

Me han entrado unas ganas impresionantes de cantar mientras lloro. Sin sentido y sin razón, solo quiero cantar de forma aleatoria cualquier canción que suene en mi lista de reproducción "Días de niebla". Esta extraña inspiración me ha venido de repente escuchando Una sonata fantasma del grupo español Vetusta Morla. Quién sabe por qué me han entrado estas ganas de dejarme llevar. Pero no es momento ni lugar. Mi casa duerme, Madrid duerme, pero el cielo está despierto y yo estoy despierta. Y quiero cantar.
Estoy en uno de esos momentos en los que desearía poder cantar bien y no dejar sordas a las personas.
Me caigo mal, y no entiendo este bloqueo en mi vida tan raro. Estoy de bajón artístico y social, y me da igual, ahora mismo solo quiero cantar llorando.
No soy capaz de entenderme o controlarme a mí misma, porque mezclar hormonas con calor no es bueno.
Ni siquiera estoy escribiendo cosas con sentido, solo estoy escuchando la música y escribiendo lo que sale.
Buenas noches, por decir algo.

jueves, 24 de julio de 2014

Vuelvo a escribir bonito.

Llegué y tú me estabas esperando. Me miraste con una sonrisa, y ese es el mejor hola del mundo.
Podría escribir todas estas cosas en 140 caracteres y que lo lean 2.800 personas, pero prefiero escribir bonito en privado.
Porque eres casa, y casa es el mejor sitio para reír y pasarlo bien.
Así que dime hola sin palabras y yo te devolveré esa sonrisa que tengo guardada solo para ti.
Hacía mucho que no escribía bonito, pero a veces todo eso que no se dice no hace falta que sea dicho.

jueves, 6 de febrero de 2014

No hay que mezclar las churras con las meninas.

Cuidado con tu cabeza, puede aliarse con tu corazón un día y a la mierda el control sobre las cosas. Y de repente te ves soñando con alguien que no has visto en persona, y piensas "joder, es imposble, si no estoy enchochada ni nada". Y ahí es cuando tienes miedo de ser una acosadora obsesiva compulsiva porque no entiendes por qué cojones sueñas con esa persona. Y menuda mierda.

Cambiando de tema, me gustaría alabar a todas esas personas que tienen una opinión propia y se la suda lo que sus amigos digan al respecto, son opiniones que no van a tener influencia en la suya propia.  Joder, qué respetable es, porque si te gusta alguien y vas con el miedo de que tus amigos no acepten por unas cosas u otras como es esa persona, se te va a la mierda todo, los gustos, la chica y el tiempo que pierdes.
Si te gusta algo, a por ello. El que la sigue la consigue.
Si al contrario eres de esos que si tus amigos no aceptan a una chica tú tampoco, para a pensar que tu vida la vas a vivir tú, no ellos.

Y nada, que está lloviendo a mares y estoy encerrada estudiando, tengo muchas divagaciones extrañas en la cabeza y lo único que necesito de vez en cuando es escribir. Soltar todo lo que me molesta en la cabeza, y así que me entre la vida culebrón de las guerras entre españoles y franceses o ingleses en el siglo XIX, porque no sabéis qué pesados eran con las guerritas, los tratados y las pollas que se comía Isabel II.

Así que gracias por leer las estupideces que me molestan y me distraen y que tan sólo he venido aquí a soltarlas un ratillo (como aquello de "yo he venido aquí a hablar de mi libro", pues igual) y espero no morir por los comederos de cabeza extraños que tengo y por los exámenes finales.

Eh, pero tranquilos, que él también tiene su pedazo de fama en mi cabeza y cuando más agobiada estoy, me llegan las chorradas de siempre de echarle de menos. Tampoco me juzguéis o me llaméis inmadura, algún día entenderéis que cuando alguien cuida de ti de la forma en la que mi mejor amigo lo hacía, cuando te falta te sabe a poco escribir tanto de forma que nadie te lea como escribir para que me lea todo el mundo. Antes yo tenía cosas en la cabeza que me descolocaban y me rallaban, y ¡plof! Él en una tarde de teléfono o vernos me las quitaba todas. Así que sí, joder, echo de menos a mi mejor amigo. No me voy a poner en modo sentimentaloide extrema y a soltar lo de siempre de que le quiero y blablabla. Yo lo tengo superado y soy totalmente consciente de las cosas.

Pero es muy jodido estar agobiado y estresado y no poder mantener guardados bajo llave los recuerdos o las cosas dolorosas. Así estoy, fría y vacilona para que nadie me toque ni me haga daño. Y de mala hostia, de mala hostia siempre.

Me voy a seguir con las pollas que se comió Isabel II, gracias por vuestro tiempo leyendo mis estupideces.

Backstreet boys, gracias por amenizarme los días de lluvia.

sábado, 11 de enero de 2014

Duele cuando inspiras.

Yo ya no escribo para nada, y para nadie, escribo solo por todas aquellas veces en las que respiras y duele, en las que todas las heridas deciden escocer muy fuerte en el mismo momento.
Y qué jodido es eso de tener muchas heridas, oye,  porque al final te das cuenta de que lo único que pasaba todo ese tiempo es que no has estado más que roto, que por fuera tienes una coraza dura como el diamante, pero por dentro eres tan frágil como el cristal.
Y qué putada eso de querer a alguien, ¿no os parece? porque apreciar es muy fácil, pero querer duele. Y duele mucho.
Querer duele tanto, que duele en cualquier sitio un día cualquiera sin ningún motivo, como que puede doler volver a pisar un lugar.
¿A quién escribimos cuando duele? Porque yo ya no sé quién me duele, si tú, si él, si la pérdida, si la ignorancia, si aquél, o si la falta de todo eso.
Escribo porque el corazón tiembla y se descompone y expulsa palabras sin sentido de él cual sangre chorreando.
Mi corazón es el culpable de que duela querer, porque si ambos, él y yo, nos llevasemos mejor, no dolería nada porque me importaría una mierda tú, él, aquél, aquellos y todo el tiempo que perdí en todo eso.
-Querido corazón, deja de hacerme daño.
Querida cabeza, deja de pensar.
FDO: Alguien a quien le duele.

viernes, 3 de enero de 2014

Lluvia, gatitos y días grises.

Por odiar, diría que es probable que odie el frío y la lluvia, y ante todo los días grises, aunque odiar es una palabra muy fuerte, a mí me gusta decir que simplemente me desagradan. Pero hoy me he dado cuenta de que este ambiente gris y la música de la lluvia de fondo saca mi lado más creativo y filosófico.
Hoy, a parte de la reflexión de que la lluvia es capaz de sacar mi lado más elocuente y creativo, me he dado cuenta de que los animales dependemos de un sentimiento clave que nos mueve, y que a partir de él se generan otros sentimientos.
El cariño.
Os parecerá una tontería, pero es verdad, y no solo giramos en torno al cariño, sino que dependemos de que otro ser vivo nos de ese cariño.
Desde pequeños vivimos desde el cariño que nos da nuestra familia, y según crecemos damos nosotros ese cariño a otras personas y a los animales. Un gato no va a reaccionar de la misma manera con su dueño que cuando un desconocido intenta darle cariño, porque depende de él y de sus mimos. Cuando estamos bajos de cariñosidad (me invento palabras porque puedo, los artistas lo hacemos constantemente) buscamos de cualquier forma que otro corazón latiente nos dé ese cariño. Cuando estamos tristes abrazamos a nuestros animales, o vienen ellos a nosotros a rebozarse de la forma que lo hacían con sus madres cuando eran crías para que les protegiese, ellos son nuestra tabla de salvación y nosotros la suya. Un gato cuando está mucho tiempo en una casa desconocida porque nos hemos ido de vacaciones o algo, cuando vuelves prácticamente no se aleja de ti, porque te echa de menos.
A lo que quería llegar con esta reflexión es que necesitamos una tabla de salvación que nos de el cariño que nos llena el corazón, como una droga. Y en ocasiones hay personas que son capaces de hacer que sintamos eso, ese cariño. Y hacen que tu cuerpo y tu alma estén en calma y felicidad (Sí, yo creo en eso de que tenemos alma y toda esa teoría como la de Platón), y aunque no nos demos cuenta, una persona que ni siquiera conocemos puede darnos ese cariño solo con una sonrisa.
Después del cariño se pueden sentir cosas más fuertes, como enamorarse, o incluso odiar. Pero la base empieza en un cariño, o una falta de él, una incompatibilidad.
Y bueno, quería decir que en mi vida he conocido y conozco a personas compatibles conmigo y que me dan ese cariño y me hacen feliz. (Y las que me quedan por conocer)
Yo soy como un gatito, cuando necesites cariño me voy a poner a restregar la cabeza en tu cuerpo y a ronronearte. El caso es qué personas se lo merecen y cuáles no.