jueves, 9 de agosto de 2012

Silencio.

El tick-Tack de un reloj sonaba en la esquina más alejada de aquel viejo escritorio de madera.
No podía dormir, un extraño dolor me dejaba sin repiración.
Esa horrible presión en el pecho volvía a aparecer.
Tumbada, boca arriba intentando que el aire entre en mis pulmones, que se hinchen para poder seguir.
Me tiembla todo el cuerpo, el corazón grita muy fuerte intentando que lo oigas.
Ya no puedo más y me rompo en mil cachos.
Dejo que mis lágrimas fluyan por mi cara, pero no porque no quiera evitarlo, sino porque ya me he atragantado de evitar que salgan.
Tengo la almohada abrazada muy fuerte, y opto por quedarme sentadqa con la cabeza apoyada en ella. Así se amortiguan mis intentos por respirar y mis sollozos.
Quiero gritar, pero no me sale la voz. Necesito correr, pero mi cuerpo no responde. Debería respirar, pero lo único que sé es ponerme a pensar, darle vueltas a todo en la cabeza.
Cada vez me falta más y más el aire. A cada segundo, mi corazón late más fuerte.
Poco a poco voy perdiendo la fuerza, no sé cómo, pero dejo de agarrar la almohada y se me van cerrando los ojos.
Cada vez oigo más lejos el sonido de los tambores que es mi corazón, no veo nada, no puedo respirar.
El nudo de la garganta se hace tan denso que no puedo tragar saliva.
Y cuando me doy cuenta estoy tumbada en la cama, en una postura poco cómoda, pero mi cuerpo no responde.
BumBum. intento coger aire. 
BumBum. No puedo abrir los ojos.
BumBum. No puedo respirar.
BumBum. BumBum.BumB...
Silencio.

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