viernes, 31 de agosto de 2012

El tiempo.

Nos hacemos mayores casi sin darnos cuenta. El tiempo deja mella en nosotros poco a poco, pero va demasiado deprisa.
Cuando te quieres dar cuenta, se ha pasado tu verano. Se ha pasado tu cumpleaños, vuelven las clases.
Crecemos con los años, aunque los daños nos hagan madurar.
La vida va demasiado deprisa, como para que nos paremos en ella a estar deprimidos, a dejar de sonreír porque algo nos ha hecho daño.
Cada cosa tiene su cometido.
Acción, reacción.
Por mucho que duela, por mucho que joda, sabemos que las personas tienen que entrar y salir de nuestras vidas.
Yo no quería que él se fuera, y aquí estoy. Sin él desde hace cuatro meses. 
Desperdiciando mi vida deprimida por saber que no va a volver.
Pero todos tenemos que asumir que si algo se ha ido, es o bien porque ya volverá, o bien porque no hacía bien en tu vida.
O bien porque al irse ese algo, es porque entra algo mejor en nuestras vidas.
Cuando nos queremos dar cuenta, puede que le estemos diciendo Te quiero a una persona que nos hará llorar.
Estaremos entregando nuestro corazón a alguien que puede que sepa cuidar de él, o puede que al final acabes siendo una noticia más de maltrato en un periódico.
No sabemos lo que nos va a deparar la vida, sólo sabemos que hay que vivirla, que pase lo que pase, tenemos que luchar por conseguir aprender más y más.
Encontrar nuestras metas, encontrar a la persona que va a hacerte feliz.
Todo en esta vida tiene su causa y efecto. Y aunque nos duela, tenemos que aprender a esperar y ver como todo al final acabará teniendo su consecuencia buena..

No hay comentarios:

Publicar un comentario