viernes, 31 de agosto de 2012

Esclavos.

A ella le gustaba todos y cada uno de sus "defectos", todas y cada una de sus virtudes.
Ella era capaz de tirarse horas y horas hablando con él porque aprendía mil cosas nuevas, porque se quedaba hipnotizada escuchándole hablar.
Ella observaba sus ojos, podía ver cuánto dolor había escondido en ellos. Ella conseguía ver más allá de lo que él le dejaba ver.Por mucho que no quisiera dejarlo ver. Y mirándole embobada, apoyaba frente con frente dejando su nariz a la altura de sus labios, y así se podían quedar. Ella besaba su nariz haciéndole rabiar de mil maneras.
Otras veces apoyaba nariz con nariz y se quedaba observando sus ojos, y cuando él la miraba, ella sonreía sin saber la razón. Consiguiendo arrancarle una vergonzosa sonrisa a él. Y sin decir ninguna palabra y mirándose aún a los ojos, restregaban sus narices como dos niños en un juego.
Ella está orgullosa de haber tenido la oportunidad de haberle conocido, de haberle tenido en su vida.
Si pudiera elegir, elegiría seguir teniéndole de amigo muchos años más.
Pero son esclavos del tiempo, y es el único capaz de decidir si sus vidas van a seguir estando cerca, o acabarán quedándose como completos extraños.

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