domingo, 15 de noviembre de 2015

A lo mejor

Subimos y bajamos tan rápido como cuando nos montamos en una montaña rusa. 
Un día bien, cuatro mal, dos otra vez buenos, siete llorando... Pero al fin y al cabo somos nosotros mismos los que decidimos vivir así. 
A veces necesitamos que griten delante de miles de personas que no conocemos de nada que nos quieren, pero otras solo necesitamos un beso donde nadie pueda verlo, para sentir fuegos artificiales brotando de nuestro interior y explotando en nuestro cerebro, callándole todas esas cosas malas que la noche anterior decidió ponerse a pensar para hacer de nuestra noche algo imposible. 
Sin embargo, a veces es demasiado necesario que haya tormenta para que pueda volver a brillar el sol, porque necesitamos tronar por todo el cielo para que todo el mundo vea los rayos. 
No hay que verle las orejas al lobo antes de que sea demasiado tarde, no, hay que abrir los ojos y mirar a la persona que tenemos delante y ver de qué forma nos mira. 
Igual esa mirada tiene muchas cosas que decir que no puede por miedo. 
O igual solo necesita que la mires de la misma forma para poder recomponerse. 
Somos tan frágiles, que somos capaces de rompernos y recomponernos una media de quince veces al día. 
Este dato me lo acabo de inventar, porque por cada cien veces que nos rompemos, solo podemos intentar arreglarnos una o dos. 
Todos estamos muy rotos, y todos necesitamos que nos quieran para no tener que querernos nosotros mismos después del desastre interior que tenemos. 
Yo no quiero que le grites al mundo nada para saber que me quieres. 
Lo único que quiero es que escuches a mi corazón y tú seas capaz de cantarme una canción con tus ojos que hable de algo parecido. 
Dejad de hacernos creer que cuando dices te quiero te van a decir lo mismo, nosotros ni siquiera somos capaces de decirlo primero, no podemos esperar que alguien lo haga. 
Rómpeme, reconstrúyeme. Mírame a los ojos y demuéstrame que sigue mereciendo la pena estar en este viaje de la montaña rusa. Haz que quiera repetir y compraré entradas para el resto de mi vida.
O si vas a hacer que el vagón caiga en picado y desaparezca, hazlo antes de que toque la cima y quiera subir más alto. 
Buenas noches. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario