martes, 17 de noviembre de 2015

180

Pienso pensando respirando soñando que pensar sintiendo llorando y besando hace a veces daño, pero cuando piensas pensando pensar que los sueños son bonitos, yo sueño pensar pensando pensamientos felices que podrían hacerse realidad. 
Pero yo pienso, tú piensas y ellos piensan cosas que no son las que realmente deberías pensar pensando, por lo que pensemos pensamientos enredados escondidos en pensamientos que hay que pensar pensando con pamplinas de poetas que ya están muertos pero que siguen siendo pensados pensando pensamientos en nuestra mente pensadora. 

domingo, 15 de noviembre de 2015

Por qué no soñar.

Me paso demasiadas noches sumida en un semi sueño en el que apareces de repente un día con un pequeño regalo envuelto que tiene dentro mi libro preferido de la infancia. Y que me haces llorar de felicidad apoyada en tu hombro. 
Causaría lo mismo que me dijeras que me quieres. 
¿Me he equivocado de persona? 
Encuentra mi libro preferido de la infancia, yo no soy capaz de encontrarlo. 
Camaleones, Kate Thompson. 
Los dos sabemos que es más fácil eso que quererme en voz alta. 
(No os preocupéis, nadie me quiere en voz alta) 

A lo mejor

Subimos y bajamos tan rápido como cuando nos montamos en una montaña rusa. 
Un día bien, cuatro mal, dos otra vez buenos, siete llorando... Pero al fin y al cabo somos nosotros mismos los que decidimos vivir así. 
A veces necesitamos que griten delante de miles de personas que no conocemos de nada que nos quieren, pero otras solo necesitamos un beso donde nadie pueda verlo, para sentir fuegos artificiales brotando de nuestro interior y explotando en nuestro cerebro, callándole todas esas cosas malas que la noche anterior decidió ponerse a pensar para hacer de nuestra noche algo imposible. 
Sin embargo, a veces es demasiado necesario que haya tormenta para que pueda volver a brillar el sol, porque necesitamos tronar por todo el cielo para que todo el mundo vea los rayos. 
No hay que verle las orejas al lobo antes de que sea demasiado tarde, no, hay que abrir los ojos y mirar a la persona que tenemos delante y ver de qué forma nos mira. 
Igual esa mirada tiene muchas cosas que decir que no puede por miedo. 
O igual solo necesita que la mires de la misma forma para poder recomponerse. 
Somos tan frágiles, que somos capaces de rompernos y recomponernos una media de quince veces al día. 
Este dato me lo acabo de inventar, porque por cada cien veces que nos rompemos, solo podemos intentar arreglarnos una o dos. 
Todos estamos muy rotos, y todos necesitamos que nos quieran para no tener que querernos nosotros mismos después del desastre interior que tenemos. 
Yo no quiero que le grites al mundo nada para saber que me quieres. 
Lo único que quiero es que escuches a mi corazón y tú seas capaz de cantarme una canción con tus ojos que hable de algo parecido. 
Dejad de hacernos creer que cuando dices te quiero te van a decir lo mismo, nosotros ni siquiera somos capaces de decirlo primero, no podemos esperar que alguien lo haga. 
Rómpeme, reconstrúyeme. Mírame a los ojos y demuéstrame que sigue mereciendo la pena estar en este viaje de la montaña rusa. Haz que quiera repetir y compraré entradas para el resto de mi vida.
O si vas a hacer que el vagón caiga en picado y desaparezca, hazlo antes de que toque la cima y quiera subir más alto. 
Buenas noches. 

jueves, 29 de octubre de 2015

Pongamos que hablo de ti.

Hoy le ha dado a mi almohada por oler a ti. 
Y no sabes lo difícil que es, porque estoy discutiendo conmigo misma (otra vez) sobre lo difícil que es seguir en pie con todo esto. 
Nunca dije que fuese una persona fácil de tratar, pero estoy llegando a un limite que nunca supe que tenía, y no te imaginas cómo duele estar llorando porque estoy cansada de luchar por todo esto y de tirar yo sola del carro...  y que con todo eso, mi almohada huela a ti. 
Si decidiste hace mucho tiempo que yo no, no sé por qué sigo creyendo que sí. 
Y a pesar de todo esto, y de las lágrimas, ojalá estuvieses aquí, haciendo que mi almohada oliese a ti dormido en ella. 
Yo ya no puedo más, ya no sé a qué rendirme, si a todo lo que me viene a la cabeza y me hace llorar, o a tu olor pegado en mi almohada. 
Tendré que mezclar las dos opciones y llorar hasta quedarme dormida abrazando con todas mis fuerzas la almohada.
O quemarla y no volver a llorar ni una vez más por ti. 
No lo sé. 

martes, 7 de abril de 2015

Libros olvidados

El amor debe ser que alguien un día de repente me aparezca con mi libro preferido de cuando era pequeña y me lo regale.
Mis esperanzas por volver a encontrar ese libro en algún sitio se perdieron hace mucho tiempo.
He estado buscando por internet, y resulta que descatalogaron aquel maravilloso libro hace mucho tiempo...
El día que alguien me aparezca con él, sabré que esa persona es mi persona con la que compartir el resto de mi vida.
O no, igual me quedo el libro y la persona que se vaya, porque los libros son eternos, las personas no.